- Un grupo de científicos y científicas del Centro ANID, Instituto Milenio Ckelar Volcanes viajó hasta Los Queñes, para realizar un levantamiento de datos que permitirán conocer tanto la vulnerabilidad física como la social frente a eventos volcánicos, así como también evaluar la percepción de riesgo que tiene la población.
Los Queñes es un pequeña localidad turística y fronteriza, emplazada en la montaña a 34 kilómetros del Complejo Volcánico Planchón – Peteroa. El pueblo que en verano puede recibir hasta 2 mil personas tanto turistas como residentes estacionales, está rodeado de dos ríos que bajan desde el volcán: Claro y Teno. Es justamente esa geología, advierten los expertos, la que puede aumentar la vulnerabilidad del poblado frente a una posible erupción volcánica.
Lo cierto es que uno de los peligros volcánicos más latentes de la zona son los lahares: flujos de agua y sedimentos volcánicos que circulan ladera abajo cuando un macizo entra en actividad. De acuerdo a los expertos, los lahares no están condicionados a la actividad volcánica, pueden ser disparados por lluvias o deshielo de los glaciares, producto del calentamiento global, pero en caso de Los Queñes, los flujos más peligrosos del Planchón han estado relacionados con actividad volcánica.
Para conocer en detalle tanto la vulnerabilidad social como física frente a una eventual erupción volcánica, un grupo de investigadores e investigadoras del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico – Ckelar Volcanes –Alfredo Esquivel, Amiel Nieto, Yuvineza Gómez, Álvaro Aravena, Ivonne Martínez y estudiantes de geología de la Universidad del Maule– realizaron un terreno de 7 días.
Levantamiento de información
De acuerdo al doctor Amiel Nieto, se obtuvo información de 500 unidades de la población. Entre ellas, construcciones, casas, establos, unidades de emergencias como bomberos y carabineros, posta rural, para conocer por ejemplo, la materialidad, estado del alcantarillado, entre otras características que ayudarán a construir estos mapas de vulnerabilidad.
“En Los Queñes, además, obtuvimos información relevante sobre la percepción del riesgo volcánico en la población, ya que logramos hablar con más de 60 personas. El complejo volcánico en línea recta se encuentra ubicado a 34 kilómetros, relativamente cerca de la población, pero no se ven desde la localidad y la gente, por lo tanto, no saben que existen. Muchos turistas, incluso, no tenían idea que estaban en una zona de volcanes activos”, dice el geólogo e investigador postdoctorante de Ckelar Volcanes.
Inundaciones por lahares
Justamente ese riesgo de la actividad volcánica es la que estudia la investigadora doctorante Ivonne Martínez: “Parte de mi trabajo doctoral es conocer y detallar el riesgo volcánico de este Complejo Volcánico Planchón Peteroa asociado a inundaciones por lahares. En la erupción de 1991, los ríos transportaban cenizas y hubo un aumento de flujo producto del derretimiento de glaciares que impactó a la población. La gente nos comentó, además, que murieron muchos peces y notaron cambios de coloración en el río. Por eso instalamos una estación experimental en Río Teno, para medir el caudal, monitorear crecidas y conocer mejor su comportamiento”, explica.
La idea dice la geóloga, es que este tipo de monitoreo a futuro sea con registro de datos en tiempo real, para que pueda convertirse en una alerta temprana de lahares. “Para esto necesitamos trabajar de la mano de las autoridades locales y de instituciones públicas a cargo de las emergencias volcánicas, para que sea considerado como un instrumento de gestión del riesgo producto de la actividad de los volcanes cercanos y un sistema de monitoreo volcánico de lahares”.
Fuente: Ckelar Volcanes