Escrito por Luis Sánchez S. – FCAA Fotografia: Gentileza Fernanda Bórquez
Trabajo de tesis de Magíster en Desarrollo Rural realizado en la Isla Quehui da cuenta de la resiliencia y capacidad de transformación de las adultas mayores de esa zona ante los cambios en las costumbres asociadas a la agricultura.
Fernanda Bórquez Solís estudió Antropología en la Universidad Austral de Chile y se integró al programa de Magíster en Desarrollo Rural a través de la vinculación pregrado-postgrado con dicha carrera, llevando a cabo una investigación titulada: “Percepciones y experiencias en torno al Paisaje Alimentario Insular: Adultas Mayores en Isla Quehui, Archipiélago de Chiloé”.
“El paisaje alimentario insular se compone de material e inmaterial, quería ver la infraestructura alimentaria y también hablar con ellas sobre qué alimentos consumían, cuáles compraban, cuáles producían y las transformaciones que se habían dado desde su niñez hasta su vejez, ya que en las distintas etapas etarias hay diferentes funciones que cumplen las personas en el campo, entonces quería hablar de cómo se había desarrollado su vida pero además cómo es la alimentación en la vejez”, señala Fernanda.
La profesional indica que en las zonas rurales hay altos índices de pobreza y, además, se produce mucha migración de jóvenes y adultos a las urbes, por lo tanto, le interesaba conocer la visión de estas mujeres, “cómo era dedicarse todavía a cultivar, si alguien las ayudaba, si lo hacían solas, entre otros aspectos.”
El objetivo fue investigar sobre el paisaje alimentario insular que perciben las adultas mayores, “mujeres de 60 años o más y que estuvieran involucradas en algún punto de la cadena agroalimentaria, es decir, desde que se producen hasta que se desechan los alimentos”, enfatiza.
Migración y resiliencia
Fernanda constató que uno de los temas que más les preocupaba era la migración, especialmente los más jóvenes, que se trasladan desde el campo a la ciudad. “Las mujeres hablaban harto de que antes se producía en mayor cantidad, los jóvenes ayudaban, estaban interesados en quedarse en el campo, y hoy en día más bien todos migran a la ciudad, los más jóvenes algunos van a estudiar a las universidades y técnicos y ya no regresan, y los que son más adultos se van principalmente a las salmoneras, pasan generalmente 14 días embarcados y 14 en casa”.
Agrega que aún mantienen algunas redes de colaboración entre vecinos, principalmente de intercambio de alimento y no de trabajo como antes. “Hay cierta nostalgia de esos tiempos en que entre vecinos se ayudaban en las labores campesinas, en cambio hoy en día están un poco más solas y eso las ha llevado a crear redes entre vecinas y amigas de intercambio de alimentos, semillas, animales. Se habla mucho de seguridad alimentaria, es decir, el acceso físico, económico y social a alimentos sanos y nutritivos que sean culturalmente pertinentes”, indica.
Como conclusión de este estudio señala que “si bien se ha transformado no se ha perdido esta colaboración, todavía muestran una resiliencia, una capacidad de transformación con el tiempo que las hace agentes de cambio activo. No están desprotegidas frente a estos cambios, sino que son capaces de adaptarse y buscar nuevas maneras de continuar con su vida en el campo”, puntualiza.
Examen de grado
El 18 de junio Fernanda Bórquez rindió exitosamente su examen para optar al grado de Magíster en Desarrollo Rural, programa impartido por las Facultades de Ciencias Agrarias y Alimentarias y de Filosofía y Humanidades.
La comisión examinadora estuvo integrada por su profesora patrocinante, la Dra. Asunción Díaz, del Instituto de Estudios Antropológicos, los profesores informantes Dr. Gonzalo Saavedra y Dra. Cari Lynn Tusing, junto a la profesora invitada Dra. Debbie Guerra, académicos del Instituto de Estudios Antropológicos de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
Presidió el examen y actuó como secretario y ministro de fe, el Director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias, Dr. Iván Maureira.