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El largo e inusual “silencio” del volcán Llaima

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Un grupo de volcanólogos estudió cómo el terremoto de 2010 afectó su estructura magmática, deteniendo bruscamente su histórica actividad e iniciando una de sus etapas inactivas más largas.

El número de eventos sísmicos asociados a la actividad volcánica del inquieto volcán Llaima disminuyó en más de un 90% poco después del megaterremoto del Maule conocido como 27F, de magnitud 8.8, que impactó el centro-sur de Chile en 2010. Este raro acontecimiento fue el punto de partida de una investigación que realizó un grupo de volcanólogos, donde participaron miembros del Centro ANID, Instituto Milenio Ckelar Volcanes, y que fue publicada recientemente en la revista científica Volcanology and Geothermal Research.

Los expertos del paper “A long time of rest at Llaima volcano following the 2010 MW 8.8 Maule earthquake, Chile”, expresaron que los resultados muestran un raro ejemplo de supresión de la actividad volcánica inducida por terremotos, donde la geometría de la red de fallas y fracturas del sistema alimentador del volcán parece jugar un papel fundamental. Estos casos están escasamente documentados y estudiados.

“El Llaima tiene un nutrido registro eruptivo y, además, es un volcán que en las últimas décadas antes del 2010 (y en particular desde que se tiene un registro instrumental en los años 90), se caracterizaba por tener una actividad superficial muy similar al Villarrica, pero después del megaterremoto entró bruscamente en una de las etapas silentes más largas desde 1852”, asegura Luis Lara, investigador del centro Ckelar, académico de la Universidad Austral y uno de los expertos que participó del estudio.

Un inquieto volcán

De acuerdo al científico, si bien el Llaima no contiene un lago de lava como el Villarrica, antes del 2010 presentaba desgasificación permanentemente y actividad sísmica diaria, por lo tanto, cualquier cambio que va en sentido contrario, es un fenómeno muy llamativo. El volcán se encuentra ubicado a unos 300 kilómetros al sureste de la zona epicentral del terremoto del 27 de febrero de 2010, y eso parece ser un factor fundamental al momento de entender su “silencio” post terremoto.

¿Qué podría causar tal cambio en el volcán que históricamente ha mostrado ser unos de los más activos de Sudamérica? La respuesta parece residir en la forma en que el terremoto produce perturbaciones en el subsuelo y en el mismo edificio volcánico. “La manera en que los grandes terremotos de la zona subducción propagan la deformación hacia el interior del continente y el efecto de las ondas sísmicas en el momento del megasismo, explican lo sucede al interior de un volcán, ya que ese impacto se atenúa con la distancia pero tiene una direccionalidad que impacta en los conductos magmáticos”, explica el doctor Lara.

El volcanólogo del Instituto de Ciencias de la Tierra UACh comenta que durante un terremoto grande en Chile, lo que sucede básicamente es que el continente avanza hacia el océano, pero ese desplazamiento no es uniforme y actúa sobre estructuras internas del volcán que pueden estar favorablemente orientadas o no. En el caso del volcán Llaima, la dirección de la extensión causada por el terremoto habría interactuado con una estructura que se cerró, dificultando que el magma alcance la superficie. Y por esa razón el Llaima entró en una etapa de silencio.

La danza del magma

El mecanismo sería el mismo que cuando un megasismo provoca una erupción volcánica, pero en sentido opuesto: básicamente hay una fuente de energía que es el terremoto que se propaga al interior del continente y en el arco volcánico produce ciertos efectos que dependen de la arquitectura interna de los volcanes. Esa arquitectura está definida por un enrejado de canales y fracturas que eventualmente conducen el magma desde las cámaras magmáticas hacia la superficie y, que en el contexto de los Andes del Sur, puede tener diferentes orientaciones predominantes, describe el experto.

“Cuando esa orientación no es favorable a la apertura por efecto de la deformación cosísmica, el magma queda ‘atrapado’ en las cámaras magmáticas y no sale a la superficie. Lo que este estudio demuestra es que los grandes terremotos pueden ser detonadores de la actividad volcánica, pero también inhibidores de ella”, indica el volcánologo. Esto no significa que el volcán Llama necesite un terremoto para reactivarse, puntualiza el científico, ya que lo que mueve las erupciones volcánicas es el ingreso de nuevos pulsos o volúmenes de magma desde la zona profunda, es decir, el manto terrestre».

Fuente: Ckelar Volcanes

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