Conectando generaciones y reflejando la identidad cultural del país, los juegos tradicionales que aún siguen vigentes en las festividades patrias enfrentan desafíos debido a la tecnología y bajo legado patrimonial.
Durante las celebraciones de Fiestas Patrias los chilenos suelen retomar tradiciones que conectan a generaciones pasadas con las actuales. Entre ellas, los juegos típicos ocupan un lugar especial, no solo como una actividad recreativa, sino como un reflejo de la identidad cultural del país.
La académica y Jefa de Carrera de Licenciatura en Historia de la Universidad de Concepción, Dra. Laura Benedetti Reiman, exploró la vigencia y las raíces de algunos de los juegos más representativos de las Fiestas Patrias que tienen profundas raíces en la historia de Chile.
Entre estos se encuentra la rayuela, declarada deporte nacional en 1948, que tiene un origen que se remonta al periodo colonial y se ha mantenido vigente hasta hoy.
«Sigue siendo un juego o esparcimiento típicamente masculino que se mantiene hasta el día de hoy a través de diversos clubes, pero que de alguna manera se traspasa en espacios de sociabilidad vinculadas a los barrios o clubes deportivos», dijo la docente.
Otros juegos con raíces coloniales destacados por la Dra. Laura Benedetti son la carrera de tres pies, la carrera en saco, tirar la cuerda, el palo ensebado y elevar volantines, «pero más bien se hacen visibles en la época de las fiestas patrias como parte de las celebraciones».
Según la académica, las Fiestas Patrias han sido el pilar fundamental para mantener vivos estos juegos, ya que muchos de ellos adquieren notoriedad solo durante este periodo, dejando de ser actividades cotidianas para convertirse en símbolos de la identidad chilena.
En este sentido, las festividades actúan como un vehículo cultural que permite que los juegos tradicionales sigan presentes, evocando la nostalgia de épocas pasadas. A pesar de la permanencia de algunos juegos, la irrupción de la tecnología ha ido en desmedro de estas prácticas.
«Los juegos cotidianos de antaño como saltar la cuerda, jugar al luche y las polquitas (canicas), han ido perdiendo vigencia en las nuevas generaciones, ya que el uso de los dispositivos electrónicos ha mermado el hecho que los niños jueguen en los recreos», expresó la Dra. Benedetti.
La enseñanza de estos juegos a las nuevas generaciones es un desafío en la era digital. Aunque algunos como la escondida siguen siendo parte de la vida de los niños en los primeros ciclos escolares, la prevalencia de las pantallas ha relegado a muchos de estos juegos al olvido. A pesar de ello, los textos escolares aún incluyen algunos de estos juegos en la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, lo que permite mantener un lazo educativo con el pasado.
La Dra. Benedetti sugiere que una posible vía para proteger estos juegos es integrarlos de manera más formal en el currículo educativo y en las actividades de las administraciones locales.
«Así como los bailes típicos son reforzados en la asignatura de Educación física, los juegos podrían ser una unidad de aprendizaje en distintos niveles de la educación chilena. Otro aspecto es difundir y organizar tal vez, a través de los municipios, pequeños concursos en los territorios, a fin de ir difundiendo estos juegos en los habitantes del territorio», reflexionó la académica de la Facultad de Humanidades y Arte UdeC.