La Dra. Camila Fernández participó en la cumbre como expositora invitada al pabellón chileno en su calidad de Directora del Centro Copas Coastal y miembro del Consejo Asesor de Cambio Climático; mientras que el Dr. Aníbal Pauchard lo hizo como Director del Instituto de Ecología y Biodiversidad y parte del equipo coordinador del Informe Ipbes sobre Especies Exóticas Invasoras
A pesar de no haber cumplido con la meta principal de contar con un fondo de financiamiento para el cumplimiento de la hoja de ruta establecida para 2030 en su versión anterior, la Décimo Sexta Cumbre de la Biodiversidad (COP16) anotó algunos avances que han sido destacados desde distintos ámbitos.
Los académicos de la UdeC, Camila Fernández Ibáñez y Aníbal Pauchard Cortés, ponen de relieve el reconocimiento de los aportes de los pueblos originarios y comunidades afrodescendientes al cuidado y preservación de la biodiversidad, con la instalación de un grupo de trabajo permanente como uno de los hitos de la cita que tuvo lugar en Cali (Colombia) del 21 de octubre al 1 de noviembre.
La Dra. Fernández participó en la cumbre como expositora invitada al pabellón chileno en su calidad de Directora del Centro Copas Coastal y miembro del Consejo Asesor de Cambio Climático; mientras que el Dr. Pauchard lo hizo como Director del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y parte del equipo coordinador del Informe sobre Especies Exóticas Invasoras de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes), integrando la delegación oficial de Chile.
“Es la primera vez que vemos una COP de Biodiversidad con tanta capacidad para conectar grupos diferentes, del mundo privado y público, de agrupaciones, de comunidades y del mundo político. Esta fue, según la organización, la COP de las personas y hubo un foco realmente notorio en eso. También hubo un foco en la evidencia científica, a pesar de que su representación es siempre insuficiente. Nosotros notamos que hay muchos más interlocutores que vienen de organizaciones no gubernamentales que de científicos, que son los que realmente proveen los datos con los que ellos trabajan”, señala Camila Fernández.
La investigadora y académica del Departamento de Oceanografía fue una de las expositoras de la sesión dedicada al mar de Chile, organizada por el Nodo Laboratorio Natural Océano en el pabellón nacional, en la que abordó los desafíos en torno al cambio climático y las observaciones oceánicas.
Desde su perspectiva, en esta oportunidad hubo mucha más atención a materias relativas a los océanos que en encuentros anteriores, lo que -a su juicio- se debe a que este tema está ganando protagonismo en otras instancias internacionales.
En ese contexto, uno de los grandes logros fue el establecimiento de un marco para identificar y actualizar las áreas oceánicas cruciales para la salud de los océanos, por el valor de sus funciones o su importancia biológico o ecológica.
“Esto está relacionado también con las áreas protegidas en alta mar. La meta de proteger el 30% del océano mundial para el 2030 depende mucho de lo que hagan países como Chile, así es que estuvo muy bien que hubiéramos ido a presentar la biodiversidad de los de los mares chilenos junto con los colegas del Nodo Océano”, indicó.
La especialista valoró la experiencia de estar presente en este encuentro desde una perspectiva profesional y como persona interesada en el medio ambiente y preocupada de los problemas del cambio climático, porque -en su opinión- representan espacios de aprendizaje que, además, permiten conectar la investigación chilena con el quehacer científico internacional.
“Estar presente en la conferencia donde se comunica lo que se ha decidido en las negociaciones es sobrecogedor, creo que da una imagen muy real de la contingencia de la crisis climática y también es una motivación, por cierto, para seguir trabajando con el acelerador puesto para ayudar a que Chile cumpla las metas”, indica.
Interés transversal
Un posicionamiento mayor de los temas de biodiversidad a nivel internacional es lo que observó el académico de Ciencias Forestales, Aníbal Pauchard, en esta cumbre.
“El cambio climático marca mucho la agenda ambiental a nivel mundial, pero queda claro que el cambio climático y la biodiversidad están íntimamente entrelazados, entonces sin una naturaleza sana, sin una biodiversidad sana, es difícil que podamos enfrentar de buena manera el cambio climático y, por lo tanto, creo que esas dos cosas tienen que trabajarse en conjunto”, comenta el investigador.
En opinión del especialista, hoy el interés en estas materias es transversal e involucra a los gobiernos, al mundo privado y distintos sectores de la sociedad. “Años atrás hubiera sido difícil ver tanto interés en una COP de Biodiversidad”, asevera.
Pauchard celebró el hecho de que la COP haya tenido como sede a Colombia, que -dice- por su alta diversidad es reconocido como un país megadiverso al igual que otras naciones que tienen presencia en el Amazonas. “Creo que eso da una potencia a Sudamérica para que realmente logre cosas interesantes en los próximos años”, asevera.
Otro aspecto positivo de la reunión internacional mencionado por el investigador es la aprobación de medidas sobre los retornos económicos por el uso de recursos económicos a las comunidades de origen cuando éstos dan origen a productos comercializables.
El académico participó en distintas instancias de discusión sobre especies exóticas invasoras (IEE), socializando el Informe Ipbes y las evidencias científicas recogidas durante su desarrollo, así como las directrices que propone el documento para las actuaciones de los países en torno a esta amenaza a la biodiversidad.
También asistió a un encuentro de institutos de investigación de biodiversidad en Latinoamérica, donde presentó la experiencia del IEB en la conformación de redes.
“La idea ahora es que todos estos centros nos unamos en una red latinoamericana que sea más potente en términos de transferencia de conocimiento, intercambio de personas y que podamos realizar una labor más cohesionada entre los países (…) Esto va a ser bien positivo para el IEB y para la Universidad Concepción”, dijo.
Hoja de ruta
Ambos académicos lamentaron la falta de quórum para conformar el fondo de recursos pensados para potenciar los esfuerzos mundiales en la aplicación de la hoja de ruta definida en el acuerdo Kuming-Montreal de la COP15 para defender al planeta de los peligros de la deforestación, la sobreexplotación, el cambio climático y la contaminación, reconocidas como las principales causas de la pérdida de biodiversidad.
“Vemos que hay una voluntad de diálogo, pero no una voluntad de inversión en biodiversidad. Hay mucho trabajo por hacer ahora, pero creo que esta fue una COP que muestra una evolución hacia un diálogo más concreto, más tangible y más realista”, anota la Dra. Fernández.
Para Pauchard, la falta de recursos complica el cumplimiento de las metas fijadas para 2030. “Solo quedan cinco años y no se ven los mecanismos para concretarlas”, indicó, agregando que esto se debe a que la prioridad de estos temas para algunos países “todavía es muy baja”.