Aún no termina el año y la Humanidad ya agotó todos los recursos naturales que tenía disponibles para 2019, según los datos de la Red Global de la Huella Ecológica (Global Footprint Network, GFN). Esto implica que desde el 29 de julio comenzamos a vivir en sobregiro ecológico, lo que significa que la capacidad biológica de los ecosistemas para regenerar recursos en forma renovable y absorber los diferentes desechos generados por el hombre -lo que se denomina biocapacidad-, ya no es suficiente para sostener el ritmo de consumo de los habitantes de la Tierra.
A la luz de esta información, necesitamos 1,75 planetas para satisfacer las demandas de los seres humanos.
Para WWF estos datos son preocupantes, sobre todo considerando que este año el sobregiro ha ocurrido en la fecha más temprana que se tenga registro –se mide desde 1986- y que en las últimas dos décadas el Día del Sobregiro se ha adelantado tres meses.
Asimismo, Chile entró en sobregiro el pasado 19 de mayo, esto quiere decir que si toda la Humanidad siguiera el estilo de vida y consumo de los chilenos los recursos se acabarían en esa fecha.
“Nuestra forma de producir y consumir ya no es sostenible, los números del sobregiro ecológico, así como varios otros datos e indicadores, muestran que no estamos haciendo las cosas bien como país, lo que tiene bases profundas que incluyen, por ejemplo, la gran dependencia que nuestra matriz energética y nuestra economía han tenido del carbón y los combustibles fósiles”, explica Ricardo Bosshard, director de WWF Chile.
“La COP 25 es un hito clave en este nuevo rumbo que debemos asumir e internalizar como sociedad, incorporando también mayores esfuerzos para conservar la naturaleza y tener ecosistemas más resilientes, una necesidad global frente a la que WWF promueve actualmente un Nuevo Trato por la Naturaleza y las Personas. Esto último es muy relevante, porque justamente es la biocapacidad, o capacidad biológica de los ecosistemas –junto con la reducción de huella ecológica-, un aspecto crucial para evitar el sobregiro ecológico”, agregó el representante de WWF.
Con el objetivo de aportar a la acción climática y también a avanzar hacia la sustentabilidad, WWF Chile lanzó una serie de propuestas con miras a la COP 25, las cuales están disponibles en este link http://www.wwf.cl/cambioclimatico
Texto y fotos: WWF Chile
Estimados amigos cada año alrededor de los meses de Julio y Agosto desde 2013 (no 1986) la prensa internacional se hace eco de esta especial y un tanto extraña fecha. Igualmente, pero con mucha menos intensidad aparecen algunas críticas bastante duras sobre lo que realmente significa esta fatídica fecha; lamentablemente mucho menos frecuentes en la información en español.
Las críticas básicamente se refieren a que este famoso día de sobregiro, y la huella ecológica, de la cual es calculado el famoso día, sólo miden en realidad el aumento en las emisiones de CO2 año con año, traducidas a la biocapacidad de la tierra (otro concepto bastante extraño o por lo menos muy difícil de medir). Esto último podría parecer interesante, si no se tratara de un hecho super conocido y documentado hasta la saciedad de otras formas mucho menos enrevesadas y comprensibles. En efecto la huella ecológica y todos los cálculos derivados se supone que deberían medir el uso excesivo y agotamiento de tierras (en hectareas) de: pastos; cultivos; forestales; pesquerías (tierras equivalentes) y tierras urbanizadas; además del aumento en las emisiones de CO2; pero no lo hace. Por un defecto del modelo, lo cual ha sido puesto en evidencia previamente, todos esos otros parámetros distintos a la huella de CO2 son invisibles en la huella ecológica, por lo tanto también en el día de sobregiro mundial o de sobregiro de cualquier país.
Obviamente se trata de un problema físico mal planteado, pero la mayor parte de la prensa internacional prefiere no indagar sobre esto. 2013 es una fecha importante en esta historia pues en ese año y hasta 2016 se desató un importante debate en la revista científica Ecological Indicators, luego que los creadores del modelo, la Global Footprint Network, decidieron publicar en la misma revista las bases y el método de cálculo del modelo. No tardaron en aparecer las críticas, las respuestas de los autores a dichas críticas y un intento por hallar un consenso, dado el éxito en los medios, sobre la idea que nos gastamos más de una tierra en menos de un año, a pesar de ser una idea bastante extraña y aún mucho más difícil de comprobar.
Finalmente el debate no terminó en nada, como muchos debates científicos. La prensa internacional, tanto como organizaciones como las Naciones Unidas, WWF y muchas otras organizaciones públicas como privadas ligadas al medio ambiente contribuyeron a popularizar esta extraña idea, que en realidad no representa mucho más que el hecho que cada vez consumimos más combustibles fósiles, incluso en Chile, nada más, pero nos reconforta en ese extraño afán (no muy nuevo sin embargo) que estamos destruyendo el planeta. Muchas gracias.