Investigadores examinan índices utilizados para conocer las similitudes ecológicas a través del estudio de 16 comunidades situadas en afluentes del Río Taieri, Nueva Zelanda.
Conocer las semejanzas y diferencias entre comunidades biológicas es una preocupación central de la ecología, que permite explicar y predecir cambios en distintos escenarios ambientales. La Dra. Daniela López, egresada del Programa de Doctorado en Ciencias, mención Ecología y Evolución de la Universidad Austral de Chile, lideró un estudio que analiza los índices utilizados para medir el grado de similitud entre comunidades biológicas, esto es, identificar cuán parecidas son las comunidades en distintos lugares.
El estudio, liderado por Daniela López y publicado en la revista PeerJ, es el resultado de un trabajo colaborativo entre académicos de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile, la Universidad Católica de la Santísima Concepción y del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
La similitud entre comunidades puede medirse de, al menos, dos maneras. La primera es por la “similitud de composición” que busca responder interrogantes como: ¿cuáles son las especies que existen en una comunidad, en qué abundancia y cómo están distribuidas? La segunda se denomina “similitud por interacción”, la cual identifica las interacciones entre las especies. Hasta ahora, ambos tipos de mediciones han sido realizadas por separado.
El supuesto era la existencia de una correlación entre la similitud en la composición de especies y la similitud de las interacciones. Esto es, si incrementa la similitud en la composición de especies, aumenta también la similitud de las interacciones entre ellas. Sin embargo, esta correlación no ha sido comprobada científicamente, por lo que, a través de la investigación liderada por la Dra. López, se buscó examinarla. Para ello se definió una métrica que integra ambos índices y compara los resultados con aquellos obtenidos al estudiar las comunidades con índices por separado.
Para la comparación se usó información sobre 16 comunidades ubicadas en afluentes del Río Taieri, en Otago, Nueva Zelanda, tomada de la base de datos del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológico (NCEAS) en California, Estados Unidos.
A través de las distancias entre grafos por edición (GED) -métrica que permite calcular simultáneamente el grado de similitud de composición y de interacción, al contar con un método de transformación de un índice a otro- se logró integrar ambos índices y luego comparar los resultados con aquellos obtenidos por la aplicación separada de cada índice.
Los resultados obtenidos demuestran que no existe una correlación visible entre similitudes por composición e interacción. De esta manera, se concluye en la necesidad de generar índices nuevos, como GED, que sean capaces de integrar de mejor manera estos dos tipos de información.
Respecto a la importancia de los resultados obtenidos, el Dr. Nelson Valdivia, director del Doctorado en Biología Marina, UACh e integrante del equipo de investigación, afirma que “debido a un fenómeno que se está observando en distintas comunidades ecológicas, como son los cambios en la conducta de alimentación de organismos para ajustarse a las condiciones de disponibilidad de alimento, esta investigación permite incorporar algo de esa conducta para describir qué tan parecidas o distantes son las comunidades y ayudar a predecir que va a pasar en algunos escenarios de cambio ambiental, que ya está ocurriendo”.