Ninguna parte del mundo estará exenta de los impactos del cambio climático mientras los océanos se calienten y las placas de hielo y glaciares se descongelen, causando un aumento acelerado en el nivel del mar que pudiera afectar a mil millones de personas para el 2050.
Los cambios acelerados en los océanos y la criósfera –las zonas en el planeta que están cubiertas de nieve y hielo– son de las consecuencias más dramáticas de la crisis climática. En el nuevo reporte “El Océano y la Criósfera en un Clima Cambiante”, del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU queda claro que los cambios continuarán y serán irreversibles aún si el clima se estabiliza. Por ejemplo, las especies polares dependientes de hielo como las morsas y los pingüinos están amenazadas debido a que su hábitat de hielo marino está desapareciendo.
Sin embargo, aún podemos manejar los peores riegos si reducimos radicalmente las emisiones. Esto dará a las personas y a la naturaleza más tiempo para adaptarse. Cuando los ecosistemas están protegidas y restauradas pueden continuar apoyando el bienestar humano y sus medios de vida, así como ayudar a mitigar los riesgos del cambio climático.
Este reporte deriva de la Cumbre sobre la Acción Climática llevada a cabo este lunes en Nueva York, en donde los principales emisores del mundo fallaron frente al llamado del Secretario General de la ONU para incluir planes ambiciosos y concretos para posteriormente reducir sus emisiones.
El Dr. Stephen Cornelius, asesor principal sobre cambio climático de WWF dijo: “No podemos poner en juego la vida de las personas. Las débiles promesas de diversos países significan que tenemos más probabilidades de perderlo todo en el casino de Monte Carlo que de limitar el calentamiento global a 1,5 ° C”.
“La política no puede cambiar la ciencia. Teniendo en cuenta lo que está en juego, los líderes deben actuar ahora para garantizar un futuro positivo para el planeta e invertir en recortes rápidos y profundos de las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar significativamente los fondos para la resiliencia y la adaptación”.
El Dr. Peter Winsor, director del Programa del Ártico de WWF dijo: “El derretimiento sin precedentes de las capas de hielo y los glaciares de Groenlandia y la Antártida es ahora el mayor contribuyente al aumento del nivel del mar a nivel global y afectará a cientos de millones de personas”.
“Todavía podemos salvar partes de nuestra criósfera, pero debemos actuar ahora. Los compromisos de los gobiernos para combatir el cambio climático son inadecuados. Los cuatro millones de personas que viven en el Ártico se enfrentan a la desaparición de sus fuentes de alimentos y luchan por evitar que sus hogares se resbalen hacia el océano. Las regiones polares, su gente y sus especies, dependen de que nosotros actuemos ahora”.
Heike Vesper, directora de conservación marina de WWF-Alemania, indicó: “Para 2050, a medida que aumente el nivel del mar y las poblaciones de peces se transformen debido al calentamiento del océano, mil millones de personas que viven en zonas costeras bajas estarán en riesgo. Esto podría conducir a una migración a gran escala, ya que tratarán de evitar las inundaciones y buscarán a los peces de los que dependen”.
“Los ecosistemas costeros como los manglares y las marismas pueden ser parte de la solución. Tienen la capacidad de proteger las costas frente al clima extremo y la erosión, eliminar el carbono del aire y proporcionar criaderos de peces ”.
Stuart Orr, líder de la Práctica de Agua Dulce de WWF, manifestó: “El derretimiento de los glaciares en las montañas de todo el mundo afectará el acceso al agua, la producción de alimentos, la generación de energía y las actividades económicas a lo largo de los ríos, condenando a la extinción a muchas especies.”
“La reducción masiva de las emisiones de carbono y el enfoque en la adaptación protegerá los medios de vida de cientos de millones de personas y respaldará el desarrollo sostenible desde las montañas hasta el mar”.
WWF