La idea es obtener una nueva fuente de bioenergía, investigando tecnologías de conversión termoquímicas para tratar biomasas de especies invasoras leñosas abundantes en la Región del Biobío, comúnmente relacionadas con daños ambientales y propagación de incendios forestales.
El uso generalizado de leña en Chile como fuente de calefacción, contribuye a incrementar los niveles estacionales de material particulado atmosférico. A raíz de ello es que se ha desarrollado un Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica, que contempla la puesta en marcha de una investigación aplicada cuyo objetivo principal sea identificar alternativas de biocombustibles sólidos para estufas a pellets.
Bajo este contexto, el estudiante del Doctorado en Ciencias Mención Biodiversidad y Biorecursos de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Flavio Espinoza se encuentra trabajando en una investigación, que actualmente lo llevó a viajar a Cataluña, España, para continuar con el estudio en el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal (CTFC).
Por medio de estos nuevos pellets, se podría conseguir que emitan una menor cantidad de contaminantes a la atmósfera junto a un mayor poder calorífico, y así, convertirse en una alternativa sustentable para la población. Una problemática contingente, de acuerdo al actual escenario nacional y global. “El déficit y la pobreza energética, se traduce principalmente en una calefacción ineficiente en los hogares y mayores índices de contaminación atmosférica.
Confío que en la ciencia está el progreso que necesitamos como humanidad, progreso que para ser catalogado como tal debe ser sustentable y sostenible con el medio ambiente, es en este ámbito, que la búsqueda de fuentes de bioenergía son un paso importante en el camino hacia la independencia que como especie necesitamos respecto al uso de combustibles de origen fósil”, señala Flavio Espinoza, de acuerdo a la principal motivación para realizar este proyecto.
De acuerdo al Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA), la Región del Biobío, especialmente Los Ángeles y la zona metropolitana de Concepción (Lota, Coronel, San Pedro de la Paz, Chiguayante, Hualqui, Concepción, Talcahuano, Hualpén, Penco y Tomé) han sido recientemente declarados como zonas saturadas de contaminación atmosférica y estos planes ya han comenzado a ser implementados. Sus altos índices de contaminación atmosférica son preocupantes, por lo que se debe trabajar al respecto.
“Estos altos índices de contaminación atmosférica se deben a la marcada pobreza energética que tenemos principalmente al sur de nuestro país, esta pobreza se traduce tanto en el mal estado de las viviendas lo que conlleva a una calefacción ineficiente, como a las limitadas alternativas de fuentes combustibles para una mejor calefacción”, enfatiza Flavio Espinoza.
El proyecto considera la obtención de estos pellets ecológicos a partir de especies invasoras leñosas de naturaleza pirófita; es decir, especies arbóreas que se propaga fácilmente con el fuego. Producto a que son abundantes, se produce un daño tanto a los ecosistemas y al mismo tiempo, sirven como combustibles para la propagación de incendios forestales.
“Lo que esperamos diferencie a estos pellets de los que podemos encontrar actualmente en el mercado es que estos serán obtenidos tratando estas biomasas bajo una tecnología de conversión termoquímica conocida como Carbonización Hidrotermal, la cual nos permitirá mejorar diversos parámetros fisicoquímicos en esas biomasas, tales como: densidad energética, relación molar O/C y H/C, contenido de cenizas, entre otros. No es un estudio fácil, se debe trabajar con diversos parámetros térmicos y químicos que según el tipo de biomasa a tratar condicionan los resultados finales del proceso, pero el objetivo final lo vale y vale cualquier esfuerzo investigativo en su desarrollo”, finaliza Flavio Espinoza.
Una investigación que busca ser una solución alternativa, frente al déficit energético y al escenario de incendios forestales que año a año consumen considerables hectáreas en la Región del Biobío.