La decisión gubernamental de cancelar la COP25 en Chile demuestra una vez más la falta de visión de las autoridades y favorece sólo a una minoría.
La humanidad enfrenta la crisis más grave en la historia de nuestra especie. Los cambios actuales en el clima y la química del océano son semejantes a los cambios asociados a los más grandes eventos de extinciones masivas, como lo demuestra la del registro fósil. Como investigadores en las disciplinas de las ciencias del mar, nos vemos enfrentados día tras día a sólidas evidencias científicas que indican que la situación se hace cada vez más grave; esto nos obliga a informar a la sociedad y a los tomadores de decisiones; sin embargo, pocos escuchan.
La élite política y el empresariado local afirman que el motivo de la suspensión de la COP25 en Chile no es la falta de seguridad, sino que esta reunión no representa una prioridad para Chile; “las urgencias están en casa”, como si la crisis chilena actual no tuviera relación con la crisis ambiental que enfrenta la humanidad. Líderes con mucha más sabiduría reconocen que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental” (Encíclica Laudato si).
El modelo neoliberal que ha llegado a su expresión más extrema en Chile está basado en la extracción y la explotación de recursos naturales, con escasa o nula innovación que apunte a agregar valor; se limita a extraer la riqueza de la tierra y el océano y a explotar a los seres humanos. Este modelo ha producido en Chile una desmedida desigualdad, injusticia, abuso y, finalmente, rabia, frustración e impotencia que cruzan transversalmente nuestra sociedad. A nivel planetario, el mismo modelo es el que ha generado la mayoría de los daños socio-ecológicos que amenazan la sobrevivencia de la especie humana.
La justa demanda del pueblo chileno por un nuevo sistema socio-político-económico -incluyendo una nueva Constitución- está en concordancia con la urgencia de actuar ante la crisis climática abordada por la COP25. Tanto a nivel nacional como a nivel global, la necesidad de un nuevo modelo más justo en la distribución y uso de recursos naturales y económicos, que fomente la innovación para permitir la movilidad social y el desarrollo sostenible, es un imperativo.
El nuevo modelo que todos necesitamos en Chile también debe estar basado en evidencia, diseñado para poder adaptar el mundo al cambio del siglo XXI.
Estamos confiados en que la COP25 se realizará con éxito en otro país, pero frustrados por la limitada visión y decisión de nuestros políticos.
Ojalá que en poco tiempo más no se vuelva a decir “esta crisis no se vio venir”, pues será demasiado tarde.
Firmantes:
Dr. Peter von Dassow, Profesor Asociado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Investigador Asociado del Instituto Milenio de Oceanografía
Dr. Osvaldo Ulloa, Profesor Titular de la Universidad de Concepción, Director del Instituto Milenio de Oceanografía y Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de Ciencias
Dr. Marcelo Oliva, Profesor Titular de la Universidad de Antofagasta y Investigador Adjunto del Instituto Milenio de Oceanografía
Dr. Oscar Pizarro, Profesor Titular de la Universidad de Concepción y Investigador Asociado del Instituto Milenio de Oceanografía
Dr. Samuel Hormazábal, Profesor Titular de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Investigador Asociado del Instituto Milenio de Oceanografía
Dr. Mauricio Urbina, Profeso Asistente de la Universidad de Concepción, Investigador Adjunto del Instituto Milenio de Oceanografía, e Investigador del programa “Ciencia de Frontera 2019-2021” de la Academia Chilena de Ciencias.
Sr. Pablo Rosenblatt, Director Extensión del Instituto Milenio de Oceanografía.
Sr. Atilio Morgado, director ejecutivo, del Instituto Milenio de Oceanografía.