Es un fruto con grandes cualidades antioxidantes, que además de su valor nutricional, tiene efectos adicionales beneficiosos para la salud, ya que es usado como tónico antidiarreico, desinflamante, cicatrizante, digestivo, expectorante, diurético y purgante.
Lo orgánico y el rescate de “lo nuestro” son conceptos que recurrentemente estamos escuchando y leyendo en los medios de comunicación y que apuntan a tener una mejor calidad de vida ¿Pero qué necesita nuestro cuerpo para alimentarse de forma sana? ¿Cuáles son los súper alimentos que debemos consumir?
El Maki (Aristotelia chilensis), es una planta nativa de Chile y Argentina, que en nuestro país está presente desde las regiones de La Araucanía hasta Aysén.
La académica y nutricionista de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Gisela Bittner, precisó que las bayas de Maki son extremadamente ricas en antioxidantes, que son moléculas que neutralizan a los radicales libres, los componentes dañinos producidos por el metabolismo, la exposición a las toxinas y la radiación.
Agregó que el Maki ayuda a combatir los cambios que asociamos con la edad, como daños en los sistemas cardiovascular y nervioso, debilidad de la función inmunológica y cambios cancerígenos en las células.
Asimismo aseveró que las alternativas al consumo fresco permiten liberarse de la dependencia a la estacionalidad de la producción, mediante la elaboración de pulpas congeladas, infundidos o yogures, los que se pueden consumir en gran parte del año.
“Los productos elaborados pueden ser atractivos para personas que no consumen frutas frescas o lo hacen en muy baja cantidad. De esta manera, se incentiva en niños el consumo de antioxidantes que serán beneficiosos en la prevención de ciertas enfermedades propias del estilo de vida actual”, puntualizó la especialista.
Arraigo ancestral
María Isabel Manzur, investigadora de Chile Sustentable y doctora en zoología de la Universidad de Liverpool, Inglaterra, aseguró que los frutos del Maki eran consumidos por el pueblo Mapuche desde antes de la llegada de los españoles, por lo tanto existe abundante documentación histórica de parte de los cronistas antiguos de su uso tradicional y ceremonial.
“Al árbol le llamaban Clon y al fruto Maki, termino Mapuche al que además llamaban Maquei, Queldrón, Quelón, Queldón, Kalún, Koelón, Kulón, Maque o Muke, y de acuerdo a las crónicas del Abate Molina (1810) los habitantes la comen con placer y obtienen de ella un licor gustoso”, comentó.
Recalcó que los Mapuche comían las bayas crudas como alimento y las secas para guardarlas. “La chicha de Maki era muy apreciada y la llamaban Tecu, Treco o Trecu, palabras derivadas del Mapuche Thecu o Thecú”, precisó Manzur.
Especie amenazada
La especialista de Chile Sustentable agregó otro vital elemento, que es la amenaza que está sufriendo este ancestral fruto con la denominada biopiratería.
“El Maki esta siendo apropiado por universidades chilenas que están solicitando derechos de propiedad intelectual. La Universidad de Talca y Fundación Chile han interpuesto tres solicitudes de derecho de obtentor para tres variedades de Maki (Morena, Perla Negra y Luna Nueva), publicadas en el Diario Oficial el 15 de junio de 2016”, precisó la científica.
Manzur explicó que estas solicitudes de patentamiento constituyen un acto de biopiratería y una expropiación de un patrimonio cultural de la etnia Mapuche, ya que un derecho de obtentor “es una especie de patente sobre una nueva variedad vegetal, donde se le otorgan derechos exclusivos”, alertó.
Para defender el Maki de apropiación indebida se conformó la Coalición en Defensa del Maki, que presentó ante el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y al Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (Inapi), oposiciones legales a estas solicitudes, y que han contado con un amplio respaldo ciudadano.
Propiedades y usos del maki.
De flores blancas que producen el fruto comestible. Conocida también como Wineberry Chileno, ya que se usa para darle color al vino.
El fruto se utiliza para hacer mermeladas y tinturas negras o azules. Las bayas se comen como alimento o se beben en forma de jugo. Se recomiendan dosis diarias de entre 200 y 1.500 mg.
Mediante las antocianinas se han detectado beneficios para el sistema cardíaco.
Ayuda a inhibir la acumulación lipídica y del virus VIH, a prevenir problemas visuales y actúa contra algunos tipos de leucemia humana y carcinoma de colon.
Estudios chilenos determinaron que su jugo presenta mayores contenidos de fenoles y mayores capacidades antioxidantes en comparación con el de Mora, Arándano, Cranberry, Frambuesa y Frutilla.
El polvo de las hojas secas quemadas se utiliza como cicatrizante de heridas. Los frutos e incluso las partes subterráneas, son ingeridos como alimento.
En Chiloé emplean el fruto mezclado con Zarzamora para combatir el dolor de garganta. También pueden ser empleadas para hacer jugos frescos con azúcar y agua, o usadas secas y molidas.
Se emplea su madera para labores artesanales, la cual es frágil y sonora, sirviendo por ello para fabricar instrumentos musicales.