Reconocido en el escenario productivo nacional, Abuauad se refiere a los desafíos de desarrollo y crecimiento que la región del Biobío enfrenta. Para esto, sostiene, es fundamental mantener nuestros polos industriales, propiciando ahora proyectos de largo plazo, que incorporen la Inteligencia Artificial y en un marco legal de mayor celeridad y objetividad a la evaluación ambiental de inversiones “sin restarle rigor ni excelencia”.
¿Comparte la opinión de que las gerencias de empresas deben cumplir un rol más activo en el debate público, contribuyendo así a la generación de opinión para promover el desarrollo?
Estimular el diálogo público y privado es parte de la misión de Irade y nosotros abordamos esta participación como un desafío permanente. Tenemos muchas instancias para eso. La más relevante es el Encuentro Regional de Empresas (Erede) realizado recientemente, donde impulsamos al sector privado a aumentar su protagonismo en el debate público y reivindicar el aporte que realizamos tanto en nuestro entorno directo como en la sociedad en su conjunto. Estamos convencidos que la coexistencia sostenible entre organizaciones y sociedad es posible, entendiendo que las empresas no pueden crecer a cualquier costo.
Hoy se ha instalado el concepto de Valor Compartido como eje articulador en la gestión de las empresas. A su parecer ¿cómo se logra efectivamente? ¿Pasó de moda la Responsabilidad Social Empresarial o es una evolución de la misma?
Los conceptos van cambiando, pero finalmente hablamos de generación de confianza para avanzar al desarrollo sostenible. No se trata solo de evitar conflictos, sino de trabajar en conjunto para resolver o mejorar situaciones que involucran a todos. Lo importante es que la empresa entienda que está inserta en un entorno donde debe involucrarse y la buena noticia es que lo que partió como una iniciativa de algunas compañías pioneras, hoy se ve como una parte fundamental de la gestión de todas las empresas.
Un comentario generalizado es que somos una región de diversas y potenciales ofertas. Consideremos la refinería, el acero, la celulosa, y, por otro lado, la generación eléctrica y al sector agroindustrial, con el turismo de intereses especiales y de naturaleza en alza ¿Continuaremos exportando materia prima o debemos invertir en investigación y desarrollo para el desarrollo regional? El hallazgo de “Tierras Raras” reinició el debate hace unos años.
La región del Biobío ha venido dejando atrás su histórico protagonismo industrial y hoy enfrenta el desafío de transitar hacia una economía que, manteniendo polos industriales significativos, apueste por el desarrollo de servicios con alto valor agregado en tecnología e innovación.
En se sentido debemos avanzar en generar mayor sinergía entre la ciencia aplicada y los sectores productivos, de modo de aprovechar nuestra ventaja de ciudad universitaria para empujar la economía. Ojalá tuviéramos más desarrollo científico pertinente a las necesidades de la industria. Se han dado algunos pasos, pero falta mucho y creo que pasa por entender que sin desarrollo productivo no hay desarrollo social. El llamado es a atrevernos a pensar en grande, a pensar en proyectos de región de largo plazo como por ejemplo el Parque Científico y Tecnológico (Pacyt), donde debiéramos estar todos empujándolo.
La desocupación del trimestre móvil abril-junio de 2018 aumentó a 7,9% aumentando 0,3 pp en un año y 0,4 en relación al trimestre móvil anterior. Respecto de los “ocupados”, en su crecimiento interanual incidieron los Trabajadores por cuenta propia y Familiar no remunerado, y en menor medida Asalariados, Empleadores y Personal de servicio doméstico. ¿Cuál es su opinión respecto de la incorporación de la robótica en los diversos procesos productivos? Hoy existen quienes no tienen trabajo y quienes podrían perderlo por la automatización ¿Comparte este análisis? ¿Cuál es su opinión?
La automatización de ciertas tareas es un fenómeno inevitable y más que llorar por la pérdida de empleo debemos pensar en identificar y preparar los nuevos perfiles laborales que necesitan las empresas de este siglo. Hay varios estudios que han vaticinado el impacto de la Inteligencia Artificial(IA) en la empleabilidad. Pero opiniones menos catastrofistas también hablan de que así como la IA destruye puestos de trabajo también crea nuevas necesidades.
Por otro lado, la robótica nos desafía a seguir incorporando innovación y discutir sobre futuro, algo que echamos de menos. Porque mientras en Chile todavía estamos medio enredados con la última reforma laboral, en el primer mundo se discute seriamente sobre el impuesto a la robótica.
El Gobierno ha ingresado a discusión parlamentaria la reforma al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), donde se amplían plazos para participación ciudadana anticipada, se disminuyen los plazos para realizar observaciones, se generan macrozonas para la decisión de inversiones dejando oficinas regionales para tramitación, pero no decisión, y se elimina el Consejo de Ministros ¿Cuál es su mirada al respecto?
Hay muchas expectativas sobre las iniciativas que el Ejecutivo puede implementar de cara a facilitar la inversión e impulsar la economía. No hay duda que se requiere de una reforma al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia), que otorgue mayor celeridad y objetividad a la evaluación de proyectos, sin restarle rigor ni excelencia. El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) debe ser lo más técnico y menos político posible y eso, entre otras cosas, exige un estado más moderno y más coordinador entre todo su aparataje sectorial.
Hace unas semanas tuvimos a Juan José Obach, el director de la Oficina de Grandes Proyectos del Ministerio de Economía y efectivamente hay un ánimo de desburocratizar y acelerar. Pero desde las buenas intenciones a la acción puede haber una distancia enorme. Por eso necesitamos de la buena política para que se concreten estas aspiraciones y se hagan bien. Nadie quiere proyectos que por apurarse se hagan mal.
En la década de los 90´ Talcahuano debió enfrentar un complejo panorama ambiental y social. Se elaboró el Plan de Recuperación Ambiental de Talcahuano (PRAT) que cambió la cara a la comuna puerto. Eso trajo consigo que muchas de las empresas trasladaran sus operaciones a la comuna de Coronel, donde coincidió la ampliación del puerto y el crecimiento e instalación de complejos termoeléctricos que llevaron a denominar este territorio como “Zona de Sacrificio”. Hoy, la comuna de Cabrero se encuentra en una situación que ha llevado a diversos actores sociales y políticos a denominarla de la misma manera ¿Coincide con esto último? ¿Qué opina de este concepto y cómo debiera enfrentarse?
Creo que no corresponde hablar de “zona de sacrificio”. Ningún proyecto se ha concretado de manera clandestina. Todas las operaciones instaladas en los lugares que usted menciona han contado con las respectivas aprobaciones y un sinnúmero de permisos municipales y sectoriales. El desafío es realizar mejores planificaciones territoriales, pero es un error asumir que tener a una empresa como vecina es una desventaja. Al contrario, la comunidad puede verse tremendamente beneficiada por el hecho de tener cerca un vecino que genera empleo, se involucra y contribuye al bienestar social.
En ese mismo sentido es relevante apelar a la responsabilidad de todos, incluido los medios de comunicación y la clase política para quienes a veces puede ser tentador recurrir a frases rimbombantes pero que estigmatizan a una determinada zona.
A su parecer ¿es la Estrategia de Desarrollo Regional (ERD) 2015 – 2030 el instrumento orientador para que la región se destaque, posicione, crezca y se desarrolle?
Efectivamente. La ERD implicó un proceso donde participamos diversos gremios y organismos empresariales junto a universidades, el Estado y la sociedad civil, asumiendo que estos procesos son de largo plazo y que fijar el rumbo de una región va mucho más allá que los cuatro años de una determinada administración. Por lo mismo y como colaboradores activos de dicha estrategia se la entregamos al entonces candidato Sebastián Piñera, quien escuchó nuestra visión destacando el ejercicio colaborativo.
Tenemos la impresión de que la carta de navegación del Biobío ya tiene delineadas sus principales rutas. Ahora hay que avanzar porque ya no necesitamos más diagnósticos.
¿Qué importancia le otorgan a la sustentabilidad como elemento prioritario en el desempeño y productividad empresarial? ¿Promueven como Irade políticas de emprendimiento sustentable?
La sustentabilidad hoy debe estar en el ADN de las empresas. Y claramente el concepto va mucho más allá de lo ambiental o social porque ser sustentable implica que debemos ser eficientes, debemos generar utilidades para los inversionistas que se han arriesgado y al mismo tiempo debemos preocuparnos del bienestar de los colaboradores, de la calidad de los productos o servicios, del origen de sus insumos, de minimizar o compensar el impacto ambiental, y también debemos preocuparnos de aportar al desarrollo social y económico del país. La perfección no existe, pero desde nuestro rol intentamos promover buenas prácticas y por eso contamos con un Círculo de Sostenibilidad, donde se comparten aprendizajes y se trabaja para apoyar a las empresas en su implementación de estrategia de sostenibilidad. No queremos que haya un encargado de sustentabilidad, queremos empresas sustentables.
En el caso de la empresa Essbío que usted lidera, ¿cómo ha sido la ruta hacia la sustentabilidad?
La incorporación a privados en la provisión de servicios sanitarios fue una de las decisiones estratégicas más importantes en Chile para su ruta hacia la sustentabilidad. Hace 20 años, ríos y esteros se encontraban contaminados por la evacuación directa de aguas servidas desde el alcantarillado urbano, alterando su biodiversidad y la calidad de vida en su ribera, entre otros problemas. Essbio invirtió millones de dólares para superar este problema, logrando un estándar de saneamiento en nuestra región similar a las zonas más desarrolladas del mundo.
Cerradas las últimas descargas de alcantarillado al río Biobío, la sanitaria ha actualizado sus desafíos en sustentabilidad, que incluye objetivos en gestión ambiental, seguridad de nuestros trabajadores, aporte a la comunidad y satisfacción de clientes. Una novedad en este último foco es el plan Cliente Sustentable y que aborda de forma integral el apoyo a clientes que más ayuda requieren.