El informe reveló científicamente que la miel producida por la comuna pehuenche es de “alta calidad, endémica y cumple con los más altos estándares chilenos y extranjeros”.
(Diario La Tribuna) Arrayanes, yaqui, huingán, maqui, radal y guindo santo, éste último en peligro de extinción, forman parte de las especies nativas que, en la zona cordillera de Alto Biobío, aportan a la producción de miel de alta calidad, única en el mundo, según el estudio realizado por investigadores de la UdeC campus Los Ángeles.
Los investigadores, desarrollaron el estudio entre los años 2017 y 2018, en las comunidades de Pitril, Malla Malla y Butalelbún, donde las particularidades del territorio cordillerano, se convierten en fortaleza para la actividad productiva, que aporta a la economía familiar.
Al respecto, el alcalde de Alto Biobío, Nivaldo Piñaleo destacó “este estudio, que coordinamos con la prestigiosa U. de Concepción e Indap, es una herramienta más para que nuestros apicultores locales puedan fortalecer su trabajo, generar mayores ingresos y mejorar la calidad de vida de sus familias y comunidades, beneficiando a la naturaleza en el proceso”.
APICULTORES
María Cifuentes Vita; Exequiel Manquepi y Samuel Carrasco destacaron las conclusiones del estudio y el aporte a la actividad que mantienen de manera paralela a sus quehaceres.
María Cifuentes Vita, de Pitril, declaró que actualmente tiene 12 colmenas con las que se “arman de platita para la casa”, por lo que este estudio le va a servir para seguir creciendo como productora, ya que “le gusta trabajar con las abejas porque la miel se vende bien”.
Exequiel Manquepi de Butalelbun también trabaja con 12 cajones y su sueño es “lograr más colmenas ya que ya se puede ver un poco de recursos”, por lo que el estudio le parece “espectacular porque uno ya sabe que su producto tiene un valor agregado”.
Por su parte, el apicultor de Ralco, Samuel Carrasco, señala que “esta es una linda actividad, donde uno es su propio jefe, donde se adecúan los tiempos a la naturaleza” y valora positivamente este estudio ya que “el hecho de que la municipalidad y la universidad se junten para entregarnos estas herramientas es muy importante porque en solitario se avanza poco o más lento”.
ECONOMÍA FAMILIAR
La jefa de área de Instituto de Desarrollo Agropecuario –Indap Alto Biobío- Karen Valenzuela Campos sostuvo que el rol del organismo implica apoyar y potenciar las iniciativas productivas que permitan al agricultor, mejorar su calidad de vida, “la apicultura es un rubro que está presente en Alto Biobío y cuenta con características propias que hacen que el producto, en este caso la miel, sea hoy la base de su economía familiar”.
Agregó que cuentan con instrumentos para el desarrollo de la apicultura, uno de ellos el Programa de Desarrollo Territorial indígena PDTI que, “a través de su componente de asistencia técnica, capacita y acompaña a los usuarios en el proceso productivo”. A ello sumó la posibilidad de acceder a créditos de corto y largo plazo para equipamiento en insumos necesarios para el desarrollo de los apiarios.
La apicultura se desarrolla en la mayoría de las comunidades, con un mayor número de usuarios por la ribera del río Queuco, donde la mayor cantidad de colmenas está en Malla, “con aproximadamente 600 colmenas”.
Agregó “la comercialización, hoy es una brecha que como Indap, estamos ayudando a superar a través del apoyo a usuarios en la obtención de sus resoluciones sanitarias de salas de cosecha para así generar venta directa de los productores a mercados formales”.
INVESTIGACIÓN Y ESTUDIO
Max Troncoso, investigador del laboratorio de Palinología y ecología vegetal de la Universidad de Concepción, lideró la investigación junto al Dr. Mauricio Rondanelli, director del proyecto de investigación “VRID-Asociativo Nº 217.418.010-1.0”, el cual se desarrolló con el objetivo de caracterizar las mieles del territorio de Biobío cordillera, desde el punto de vista botánico, físico-químico, microbiológico y sensorial.
El estudio estableció el hallazgo de mieles nativas y endémicas, únicas en el mundo, que no han sido hasta ahora descritas en la literatura, según los expertos. En este contexto, el territorio de Bíobío cordillera, ofrece condiciones ambientales y de vegetación insuperables, que no existen en otros lugares del mundo. En este sentido, los apicultores pehuenches, ubicados en las comunidades indígenas de Alto Bío-Bío, están produciendo mieles diferentes a lo que ofrece actualmente el mercado.
AROMA Y SABOR
El estudio, logró determinar la diferenciación de las mieles, a partir del color, fluidez y cristalización, de acuerdo al aroma y el sabor.
En conversación con Diario La Tribuna, el investigador de la UdeC, Max Troncoso destacó los desafíos y las proyecciones para el rubro apícola de Alto Biobío a partir de las conclusiones que arrojó el estudio científico. Además planteó la disponibilidad de generar nuevas investigaciones en la provincia, tal como se hizo en Antuco y Santa Bárbara.
¿Qué significa que sea miel monofloral?
-Una miel monofloral es aquella presenta una dominancia de los granos de polen de una planta, en un porcentaje mayor al 45%. La importancia gravita, en que la miel puede heredar las propiedades de una planta, es decir, si una planta presenta presencia de maqui, existe una alta probabilidad de la miel presente características antioxidantes.
Luego de este estudio, ¿cuáles son las proyecciones para los apicultores de la alta cordillera?
-Los resultados encontrados en esta investigación, abren nuevas líneas de investigación acerca de sus atributos, capacidad antioxidante, regenerativa, antifungida, antibiótica, antibacterial y entregan información real de la composición de sus mieles.
Junto con el hallazgo, ¿de qué manera se aporta al crecimiento económico de las familias que desarrollan la apicultura?
-Todo esto, propicia una oportunidad para lograr diferenciar y fraccionar la miel como producto reserva, similar por ejemplo al vino, como un cabernet o merlot, etcétera y llegar a mercados del retail nacional e internacional. Además, profundizando en investigación, el territorio podría optar a una Denominación de Origen, similar a las sandías de Paine, con sellos de sustentabilidad ambiental y sellos étnicos, pudiendo en el futuro cercano, obtener mayor valor agregado por sus mieles.
Las características del medioambiente, ¿aportan a la calidad final de la miel?
-Las condiciones ambientales de agua, suelo y aire limpio sumado a la vegetación, de carácter nativo y endémico, ofrece una oportunidad única para los apicultores del territorio de Biobío cordillera, para producir y obtener mieles diferentes a lo que ofrece el mercado nacional, cumpliendo estándares nacionales e internacionales y siendo además potenciado con procesos de sustentabilidad y de producción limpia.
La particularidad de pertenecer a la etnia pehuenche, también entrega un valor agregado, pensando en la integración y desarrollo de nuestros pueblos nativos.
¿Cuáles son los próximos desafíos en el área de la investigación?
-Esta investigación pionera en el estudio de las mieles de la provincia da luces acerca de la composición de las mieles, sin embargo, aún queda territorio por explorar e investigación que realizar, sobre todo en los atributos de la miel. Las proyecciones de investigación van direccionadas en seguir estudiando otros productos de la cuenca del Biobío y potenciar los hallazgos encontrados en esta investigación.
¿Generando alianzas?
-Para cumplir estos objetivos de desarrollo, es de suma importancia establecer una alianza colaborativa entre la universidad, los apicultores, las municipalidades y los actores políticos, situación que en esta primera instancia, hemos podido lograr.
Ahora, cuáles son sus metas?
-Como laboratorio y universidad, esperamos contribuir y transferir este conocimiento a la comunidad, y valoramos poder difundir esta información en el marco del aniversario de los 100 años de la Universidad de Concepción.
“Las condiciones ambientales de agua, suelo y aire limpio sumado a la vegetación, de carácter nativo y endémico, ofrecen una oportunidad única para los apicultores del territorio de Biobío cordillera, para producir y obtener mieles diferentes a lo que ofrece el mercado nacional, cumpliendo estándares nacionales e internacionales”
Max Troncoso, investigador UdeC.
(Fuente: www.latribuna.cl)