Como una decisión decepcionante y que está lejos de la ambición climática que debiera exhibir el país que preside y lidera la COP25 calificó Greenpeace el anuncio realizado por el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet en cuanto a que se se suman nuevas centrales a carbón al plan de salida de la matriz energética.
“Creemos que la pregunta que debe hacerse, dado el tamaño de la emergencia climática, es si es que acaso éste es el anuncio de verdadera ambición medioambiental con el que el gobierno responde a la tragedia que se vive en las zonas de sacrificio. El resumen de lo que acaba de anunciar el gobierno, y que va más allá de un par de centrales que se adelantan en su cierre, es que se garantiza que miles de chilenos seguirán siendo envenenados en los próximos 20 años”, dijo desde Madrid Estefanía González, coordinadora del área de campañas de Greenpeace.
Desde la organización medioambiental señalaron que lo importante del anuncio del gobierno no es que se sume una u otra central a la salida del sistema, sino que el plan de fin del carbón se mantiene inalterable hasta el 2040 y que un anuncio verdaderamente ambicioso habría sido adelantar el fin del carbón para el 2030.
“Las 10 centrales que según el gobierno se cerrarán de acá al 2025 son instalaciones que se podría haber cerrado durante 2019. Todas ellas tienen más de 20 años de operación. En la práctica, todas las zonas de sacrificio continuarán con una o más plantas termoeléctricas operando hasta el 2040. Es más: la promesa del 2040, además de ser insuficiente, no tiene un compromiso por escrito ni tampoco cronograma de cierre claro”, dijo Estefanía González.