Las rapaces son aquel grupo de aves que han evolucionado especialmente hacia un consumo de carne, tanto de presas vivas como de carroña, desarrollando características morfológicas únicamente atribuibles a los voraces depredadores rapaces.
Ejemplo de ello son sus garras afiladas y curvas, diseñadas para la captura y sujeción del alimento, un pico curvo, fuerte y cortante, diseñado para desgarrar la carne de sus presas o incluso una visión muy aguda, capaz de ver entre 5 y 8 veces mejor que nosotros.
Etimológicamente hablando, el término rapaz proviene del latín “rapere”, es decir, “tomar por la fuerza”, “raptar” o “apoderarse”, muy preciso a la naturaleza de estas criaturas, quienes poseen métodos de captura inigualables dentro del reino animal y que han fascinado a los seres humanos desde miles de años.
Las aves rapaces han sabido adaptarse a la gran variedad de ambientes y ecosistemas del mundo, existiendo centenares de diferentes especies distribuidas en todo el globo, encontrándolas en climas templados, cálidos y lluviosos, conquistando tierras y aires de sur a norte, excepto la Antártida.
Incluso algunas han sabido adaptarse a zonas desérticas, selváticas y también grandes ciudades. Las rapaces nos han sorprendIido con su capacidad adaptativa y facilidad evolutiva.
Especies
En nuestro país, poseemos una total de 27 especies de aves rapaces, las cuales podemos clasificar -a grandes rasgos- en rapaces nocturnas y diurnas, existiendo por el lado de las diurnas los halcones, águilas, gavilanes, caranchos y buitres, mientras que por el lado de las nocturnas, están los búhos y las lechuzas. Todas especies son de gran imponencia e importancia para la naturaleza, que merecen ser mostradas y difundidas para que se protejan.
Dentro las rapaces más interesantes que podemos encontrar en el territorio chileno, destaca el halcón peregrino (Falco peregrinus) que recibe su nombre debido a su actividad migratoria, equiparable a los viajes que realizaban los peregrinos eclesiásticos.
Es el animal registrado a mayor velocidad en la Tierra, puede alcanzar desde 320 km/h hasta 440 km/h lo cual logra gracias a su particular método de caza, que consiste en realizar caídas en picada desde gran altura para impactar a las presas que vuelan bajo suyo, matándolas instantáneamente para luego comérselas.
Su hábitat en general comprende zonas abiertas, praderas naturales, valles, salientes rocosas, zonas costeras, acantilados, ciudades y donde exista buena abundancia de alimento.
Esta especie resulta fundamental para las zonas urbanas, pues se encarga de controlar las poblaciones de palomas (Columba livia), especie que constituye gran parte de su dieta y que es muy perjudicial para el ser humano por las enfermedades que transmite y los daños que ocasiona a las infraestructuras.
Otra especie sumamente interesante es el aguilucho de cola rojiza (Buteo ventralis). Endémico de los bosques nativos del cono sur de América, casi extinto en Argentina y muy escaso en Chile, al punto que se estima una población cercana a los mil ejemplares adultos, que lo ubicaría como la rapaz más amenazada y con los mayores problemas de conservación en nuestro país.
Esto debido a problemas que van desde el envenenamiento, fragmentación de su hábitat producto de la tala del bosque nativo y la caza ilegal, esta especie en particular, es conocida en lugares rurales, por ser quien “se ceba en los gallineros y se lleva los pollitos”.
Sin embargo es importante recalcar que somos las personas quienes tenemos la responsabilidad de construir la infraestructura anti-depredador necesaria para poder cuidar y garantizar la seguridad de nuestras aves de corral.
A su vez, tenemos a la lechuza (Tyto furcata tuidara), especie de ave rapaz nocturna sumamente importante, que se distribuye desde Arica a Tierra del Fuego y que resulta fundamental para el control de roedores. De hecho se estima que una lechuza puede consumir alrededor de mil ratones al año.
Una cifra no menor si consideramos que esta especie, prefiere consumir al ratón colilargo (Oligoryzomys longicaudatus), reservorio del Virus Hanta. Por lo tanto es un aporte al control de especies transmisoras de enfermedades zoonóticas y a su vez de especies de roedores introducidos que afectan sistemas agrícolas y desplazan especies nativas.
Causas de muerte
Lamentablemente las lechuzas tienen un gran problema de conservación, que es la fragmentación del hábitat por infraestructuras viales. Sucede que la principal causa de muerte de lechuzas son los atropellos en carretera. Nosotros como Aves rapaces de Chile hemos llegado a contabilizar hasta 106 lechuzas muertas en la ruta 5 en 500 kilómetros de autopista, una lechuza cada 4,8 kilómetros y un daño incalculable al bienestar de los ecosistemas en los que esta especie habita.
Lamentablemente aún no existen medidas estatales ni privadas que logren mitigar este problema. Sin embargo esperamos dentro de poco comenzar un proyecto que nos permita solventar esta gran problemática.
En conclusión, los problemas de conservación que en la actualidad afectan a las rapaces son numerosos, donde destacan atropellos en carreteras, captura para comercialización, caza furtiva, envenenamientos y electrocución, siendo en gran medida provocados por el ser humano, lo cual no se condice con lo importante que son las aves rapaces para nosotros.
Por lo tanto son los principales controladores biológicos de plagas transmisoras de enfermedades zoonóticas, además de cumplir un rol fundamental en el equilibrio ecosistémico, manteniendo” a raya” a las poblaciones nativas e introducidas de diferentes especies y funcionando como un “paraguas” de los hábitats en que se encuentran.
Frente a la necesidad de rescatar la importancia de las aves rapaces y mostrársela al mundo es que surge la ONG “Aves Rapaces de Chile”, de la mano de un joven de solo 15 años (fundador), cuyo objetivo es ayudar a la conservación y defensa de las rapaces en todo Chile.
Hoy con más de 35 miembros activos y más de 5 años de trayectoria, ha sido el semillero principal para que adolescentes se interesen por la protección de la fauna silvestre, y en específico las rapaces, además de contribuir con innumerables causas gracias a los tres equipos que la conforman (Metropolitano, Biobío y Los Lagos), teniendo un registro de capacitación de más de 40 mil personas, siendo símbolo del trabajo arduo en la comunicación del mensaje de conservación.