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Muestra fusiona arte y ciencia  para dar a conocer el rol de las plantas

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  • La exhibición “Rizósfera Viviente”, creada por la artista nacional Andrea Errázuriz en colaboración el Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Super Adaptables (MN-SAP), se puede visitar de martes a sábado hasta el 8 de mayo en el Museo Nacional de Historia Natural.

En un trabajo que articula arte y ciencia, Andrea Errázuriz fue la encargada de dar vida a esta obra inmersiva, creada con el fin de visibilizar las investigaciones del Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Super Adaptables (MN-SAP).

Con un llamado a reflexionar sobre la crucial diversidad de los ecosistemas vegetales y su impacto en el bienestar del planeta, se llevó a cabo la inauguración de la muestra «Rizósfera Viviente: descubriendo el microcosmos de las raíces», en el emblemático Museo Nacional de Historia Natural en el Parque Quinta Normal.

Se trata del debut de la artista en un proyecto vinculado con una temática científica. “Esta unión ya es algo original. Es la primera vez que me toca crear una obra relacionada con la ciencia. Me parece muy interesante hacer estos cruces, con temas tan específicos y científicos y lograr representarlo de una manera conceptual y artística, dejando la interpretación libre para cada espectador”, añadió la artista, creadora de Lambra.cl

Construida con fierro, alambre y tela, la exposición representa la rizósfera y todos sus componentes, incluyendo bacterias, hongos y nutrientes, todos ellos prácticamente invisibles, pero con un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas. La muestra se vuelve fundamental en dar visibilidad a la importancia importancia de estos elementos para la biodiversidad de nuestro planeta, especialmente en el contexto del cambio climático que ha causado variaciones ambientales impactantes.

Sobre las investigaciones en este campo, la investigadora del Núcleo Milenio MN-SAP y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, dra. María Josefina Poupin, expresó que “probablemente una de las interacciones más interesantes de estudiar en estos sistemas es  la colaboración. Por ejemplo, observamos cómo la planta proporciona un hábitat al microorganismo a cambio de su ayuda en la defensa contra enfermedades. Ambos comparten sus capacidades para abordar tareas que, probablemente, no podrían llevar a cabo por sí solos”.

De esta forma, “Rizósfera Viviente» permite a los visitantes no sólo conocer de cerca esta representación de los ecosistemas y aprender conceptos claves asociados a estos, sino que, además, pueden aportar a la misma con elementos que simbolizan los componentes que le permiten existir. Convirtiéndose en una muestra dinámica y participativa.  

Por su parte, para la dra. María Francisca Blanco, directora del Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Súper Adaptables, enfatizó que la “emociona profundamente ser parte de esta iniciativa que busca que las personas puedan reflexionar sobre la importancia de la rizósfera en nuestro entorno, lo que se relaciona directamente con nuestras investigaciones en el Núcleo Milenio MN-SAP. Esta muestra, que articula la ciencia y el arte, nos brinda la oportunidad de explorar el fascinante mundo de las raíces y sus microcosmos, destacando la necesidad de comprender y proteger estos ecosistemas fundamentales para la salud de nuestro planeta”.

El evento contó con la participación de Mario Castro, director del Museo Nacional de Historia Natural; Mauricio Maldonado, jefe de la Iniciativa Científica Milenio de ANID y Claudio Seebach, Decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, además de estudiantes e investigadores vinculados a las universidades participantes.

En la ocasión, se realizó una presentación de jazz a cargo de Nahuel Blanco, un joven contrabajista y compositor chileno que se ha desempeñado en la escena nacional como solista, líder de grupos y acompañante. En la instancia, presentó en formato cuarteto junto a Camilo Aliaga en el Piano, Gaspar Aliaga en la Batería y Juan Pablo Salvo en la trompeta. Una de las piezas musicales denominada “Zamba de las raíces” fue creada especialmente en el marco de este proyecto.

Al concluir la ceremonia, los asistentes tuvieron la oportunidad de contribuir a la exposición colgando elementos tejidos que representaban hongos, bacterias y nutrientes. Además, pudieron participar en un taller práctico dirigido por Verónica Curihuinca, una experimentada artesana con vasto conocimiento en técnicas ancestrales.

Fuente: MN-SAP

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