CIGIDEN
Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres
Felipe Aguilera, profesor de geología de la Universidad Católica del Norte (UCN) e investigador CIGIDEN, advierte que hoy no existe una “Gestión del Riesgo de Desastre” asociada al turismo de volcanes, y que se expone a la gente innecesariamente cuando el operador los lleva a los alrededores de volcán activo, como el Villarrica en estas últimas semanas.
El incremento de la actividad superficial del volcán Villarrica –uno de los más activos de nuestro territorio–, que se evidencia con la emisión de cenizas y explosiones nocturnas, preocupa al mundo científico, especialmente, por las imágenes de turistas merodeando el borde del cráter del volcán que se encuentra actualmente en alerta amarilla. Esto significa que la gente no debe acercarse al cráter del volcán ni a un radio de varios kilómetros.
De acuerdo a Felipe Aguilera, profesor de geología UCN, investigador CIGIDEN y director del centro Ckelar Volcanes, durante todo el 2020 diversas emisiones de cenizas han sido observadas en el cráter del Villarrica, incrementado su frecuencia desde septiembre. “Estas son principalmente explosiones llamadas “estrombolianas”, las cuales emiten fragmentos de varios centímetros y metros al aire, en un movimiento similar a los fuegos artificiales”, explica el experto.
Estas revisten un peligro mayor, complementa el doctor Aguilera, en especial para quienes se encuentren muy cerca del cráter activo: “Por otro lado, como todo evento natural, en cualquier momento podría desencadenar en una erupción mayor en la zona o no, pero de suceder, podrían causar un verdadero desastre si existen personas merodeando en zonas expuestas a lahares o aluviones volcánicos y al flujo de lava”.
Historial de erupciones
El Villarrica, en efecto, tiene un larguísimo historial de erupciones con efectos letales sobre la población: en 1948, 1964 y 1917, más de 300 personas murieron si se suman las tres erupciones. La presencia de turistas al borde del cráter, por lo tanto, a juicio del profesor de Geología UCN implica exponer innecesariamente a personas, ya que incluso una explosión menor como la de los últimos meses, podría herir o matar a turistas.
“Solo basta recordar la tragedia del volcán Galeras en 1993 donde 9 personas murieron luego de una erupción de muy baja magnitud, o la serie de turistas heridos en el volcán Etna en 2017. Precisamente en este último se encontraban muy cerca del cráter activo. Las explosiones estrombolianas del Villarrica, de hecho son muy similares a aquellas que hirieron a la gente en el Etna”, explica Felipe Aguilera.
El científico asegura que la innecesaria exposición de los turistas reunidos al borde del cráter o quienes recorren sectores medios del volcán durante periodos de actividad explosiva –una erupción mediana o mayor podría desencadenar, además, aluviones volcánicos (lahares) producto del derretimiento de la nieve y/o hielo– no se justifica.
Turismo volcánico
Por esta razón, la necesaria reactivación económica de un sector del turismo en Pucón, golpeado fuertemente por la pandemia, debe ir de la mano de una Gestión del Riesgo de Desastre. “Es precisamente el volcán Villarrica, complementa el experto de CIGIDEN, una de las mayores atracciones turísticas de la zona y donde se desarrollan una serie de actividades al aire libre como caminatas, deportes de nieve o ascensos a su cráter, entre otras. Sin embargo, no existe señalética ni preparación de los operadores turísticos que incluya, por ejemplo, cómo evacuar si el Villarrica entra en etapa eruptiva”.
De acuerdo al vulcanólogo, la gestión del riesgo de desastre, en este caso volcánico, debe incluir diversos ámbitos y actores, y en este caso en particular, con el área turística. “Es necesario generar un programa de educación y preparación de los operadores turísticos en la Gestión del Riesgo de Desastre por actividad volcánica. El turismo debe ser sustentable no solo para el medio ambiente sino también para las personas”, asegura Aguilera.
Foto: El Desconcierto